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Qué es Tracking en Marketing

El tracking es el proceso de supervisión y medición del progreso de una campaña de marketing, normalmente mediante el análisis de datos como el tráfico del sitio web, las tasas de clics o las tasas de conversión.

Sin embargo, el seguimiento o Tracking puede ser algo más complicado que limitarse a mirar unas cuantas cifras. Para que sea eficaz, el seguimiento debe ser estratégico, continuo y adaptado a los objetivos específicos de una campaña de marketing.

Para qué sirve el tracking

A los que nos dedicamos al marketing nos permite comprender mejor a los clientes y ofrecerles productos y servicios que se ajusten a sus necesidades. El tracking también nos permite medir el rendimiento de las campañas y ajustarlas en consecuencia.

Ejemplos de tracking en Marketing

  • Queremos medir cuantos usuarios han llegado desde la campaña de Google Ads y han acabado en enviar un formulario (medimos % de conversión en generación de leads).
  • Vamos a analizar que productos visitan más los usuarios que han aterrizado a través de una búsqueda en Google en una categoría de nuestro eCommerce.
  • O cuantas personas que han visto el anuncio en Meta han acabado comprando nuestro producto.

Cómo hacer tracking en Marketing

Existen varias formas de realizar el seguimiento de las campañas de marketing. El método más común es a través de la analítica web, que puede rastrear cosas como el tráfico del sitio web, el tiempo en el sitio, el recorrido que realiza el usuario y la conversión (habitualmente se usa Google Analytics, aunque hay otras muchas herramientas de medición)

La forma más común es mediante el uso de cookies, que son pequeños archivos de texto que se almacenan en el ordenador del usuario. Las cookies permiten a las empresas rastrear el uso de sus sitios web y recopilar datos sobre los hábitos de navegación de los usuarios. Otros métodos de tracking incluyen el seguimiento de IP, el uso de etiquetas de píxeles, las encuestas a clientes o las pruebas A/B.

La parte más importante del seguimiento es establecer objetivos medibles desde el principio. Sin objetivos específicos, puede ser difícil saber qué hay que rastrear y cómo interpretar los datos.

Una vez fijados los objetivos, es importante hacer un seguimiento de los progresos con regularidad. Esto no significa controlar la campaña cada hora, sino más bien establecer un sistema para seguir el progreso semanal o mensualmente.

Por último, es importante interpretar los datos y utilizarlos para realizar cambios en la campaña. El hecho de que una campaña no cumpla sus objetivos no significa que deba abandonarse por completo. A menudo, pequeños cambios pueden suponer una gran diferencia en el rendimiento de una campaña de marketing.

En definitiva, el seguimiento puede ser un proceso complejo y largo, pero es esencial para el éxito de cualquier campaña de marketing.

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Juanlu Pintor Anaya
Juanlu Pintor Anayahttps://staminamarketing.com/
Director de STAMINA Marketing Digital y profesor de Marketing en la Universidad de Málaga.  Ver LinkedIn
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